LA BENDICIÓN.

- ¡Chicas les tengo una noticia!

- ¿Te ganaste la lotería? ¿Compraste el depa de tus sueños? ¿Vas a dejar todo para irte a viajar por el mundo? ¿Cerraste un negocio millonario? ¿Te vas a poner tetas? Pero no me digas que...

- ¡Estoy embarazada!

-Mostro. 

Dos palabras que te dejan por unos segundos mirando al vacio como si te acabaran de realizar una exitosa lobotomía. Felizmente la noticia llega por una conversación de Watsapp con una foto de la ecografía adjunta (¿para las que tenían alguna duda?), así que nadie tiene que verte mientras tratas de decifrar donde esta el pene o la cabeza del feto.

Un minuto de silencio para la amiga que acabas de perder.

- ¿Alguien sabe donde está la tecla ESC de la vida real? Esa que te lleva al paraíso donde no se habla de pezones agrietados, gracias. 

Porque seamos realistas, una vez que nazca esa criatura, y la tenga enchufada a la teta por un mínimo de seis meses (ya que vamos, la crianza respetuosa es lo que esta de moda así que si con muelas aun quiere lactar el niño...hay que dejarlo ser), las conversaciones no serán las mismas. 

Cuando el resto de tus amigas, el 50% embarazadas tambien, empiezan con las felicitaciones, las listas de babyshowers, los consejos de clases pre-natales y los libros que tienes que leer tu te mantienes al margen del torbellino de preguntas que vienen a continuación: 

- ¿Como te sientes? ¿Ya tienes panza? ¿Vas a contratar a una dula para tu parto? ¿Es hombre o mujer? ¿Quién le va a hacer las fotos de recien nacido? ¿Ya sabes a qué colegio lo vas a meter? 

Mientras que tu mayor decisión de la vida es elegir entre comer pollo o carne para el almuerzo. 

¿Es que el embarazo se vuelve una competencia social más? 

Esa muñeca que quieres porque tu mejor amiga la tiene también.

Porque es el paso siguiente en tu relación, porque si esperas mucho se te pasa el tren, porque un bebé viene con un pan bajo el brazo, porque te soluciona toda la vida, porque te vas a convertir en mejor persona, porque pobre tu madre que quiere nietos...o porque se me chispoteó y ya pues, ¿no?

Motivos siempre hay cuando se buscan. 

Lo cierto es que por más de que restregue mi soltería y aventuras alborde a los cuatro vientos, no puedo evitar sentir, con cada noticia cigueñal, si es que mis decisiones de vida me llevarán algun momento a alborotar también los watsapps de mis amigas. 

Todo lo que vendría a ser presión social en una sociedad de la cual me fui un poco huyendo y bastante corriendo. 

¿En que momento todas a mi alrededor se hicieron adultas?

Aquí va mi confesión alborde: No estoy en contra de la maternidad, excepto por los baby brains que te dejan con lagunas mentales, pero creo que aun quiero ser YO. 

Y por más de que esa vida pueda ser una posibilidad, mi YO aun está tras la búsqueda de cosas "imposibles". 

Bailar bajo la lluvia en los anillos de saturno. Conocer a un extraño que a su vez conozco a otro extraño y entre los tres hablar de cosas extrañas. Coger la mochila y lanzar un dardo a un mapa con mi próximo destino de viaje. Ver el atardecer dos veces en un mismo día. Escribirle una canción al próximo amante. Saber lo que es llorar de alegría y reir de tristeza. Hacer las paces con mi cuerpo y el universo.  

Quiero abrazar todos mis bordes y despedirme de ellos cuando llegué el momento. 

Y es que el ser una mujeralborde significa siempre ir un poco en contra de la corriente...o más bien buscar la corriente justa para ti.

Por el momento, a remar mujer, que quedan muchas cosas imposibles por hacer. 

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