RISOTTO AL POMODORO

INGREDIENTES

  • 1 lata de tomates

  • Arroz Arborio o Bomba

  • Albahaca fresca

  • 1 cebolla roja

  • Caldo de verduras

  • Crema de leche

  • Queso parmesano

PREPARACIÓN

Lo importante del risotto al pomodoro siempre estará en la salsa. En la paciencia que uno tenga al hacerla. En la música que estés escuchando mientras cocinas a fuego lento. En la persona en la que piensas mientras que cortas las cebollas y en la historia que recuerdas cada vez que lo haces. 

La primera vez que conocí a Alberto, le cocine un risotto al pomodoro. Luego entendí que iba a sufrir. Si algo me había enseñado mi experiencia previa con el género masculino es que la amistad entre géneros siempre tendrá un punto de química.

Cuando me vio por primera vez se sorprendió. Las pupilas se le dilataron y dio un paso para atrás. Yo di un paso hacia adelante y sonreí mostrando los dientes. Se río y camino a mi lado. A la primera señal de alarma debí huir, pero había algo en él que no lograba descifrar. 

Así que le pedí que me contara su historia.

En una olla se calienta aceite de oliva y mantequilla. Entra la cebolla y el ajo. Sal, pimienta y chorro de vino. Luego va el tomate picado, la albahaca y un poco de azúcar. 30 minutos de hervor y salsa lista.

Venía de una ruptura con una belleza enigmática que nunca lograría igualar. Un amor loco. Así eran todos los amores de Alberto. Rodeado de mujeres fue construyendo su vida alrededor de la belleza física y narcisista.

Mientras lo veía hablar yo era feliz por momentos. Siempre al borde. Aceptando las falsas memorias de las historias de Alberto, de las versiones que en nuestra cabeza siempre suenan más bonitas.

Yo quería estar con él. Aunque me matara por dentro.

Quería una historia de locura. Una historia para llenar interminables páginas de un diario. Pero cuando el pecho me empezó a pesar supe que llevaría la carga de Alberto, sus miedos y sus complicaciones. Nunca su amor.

Él en cambio, no llevaría nada mío.     

En la misma olla de la salsa se hecha el arroz. Un puñado por persona y dos puñados finales para la olla. Se mezcla y luego entran un par de cucharadas de caldo, en tandas. A fuego medio el arroz irá absorbiendo el líquido. Luego de 20-30 minutos el arroz está listo. Un chorro de crema de leche, mantequilla y queso parmesano, A dejar reposar antes de servir.

La última vez que vi a Alberto, le cociné un risotto al pomodoro. Fue un domingo de invierno y aunque no dijimos nada, entendimos que sería la última vez que cocinaba para él.

“Solo lo hago para mis personas favoritas”.

Me miró con sonrisa de niño y  me senté para verlo comer. Yo observándolo y él perdido en el plato, pensando en esa gran belleza que perdió. 

Y en ese plato quedó nuestra belleza.

Anterior
Anterior

LASAGNA CUMPLEAÑERA

Siguiente
Siguiente

QUE NADIE ME QUITE LO MADURADO